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MI TAREA FUE ESTA
PERFIL ETICO PROFECIONAL

La ética profesional ante la necesidad de establecer estándares de la conducta humana frente a determinadas situaciones, en las que el individuo se encuentra expuesto a transformaciones socio-políticas y a fenómenos económicos. Como ente social, el ser humano forma su conducta moral en el intercambio con el entorno y todas las relaciones que se generan en este.

Los deberes morales constituyen un eslabón fundamental en la formación de la ética individual. Esta, sin embargo, no puede valorarse como un elemento singular y aislado, sino que debe apreciarse como el resultado de la suma de una serie de procesos en los que prima la interacción de diferentes éticas individuales. Al respecto, José Luis L. Aranguren expone: "ciertamente el hombre es constitutivamente social. Vive inmerso en la sociedad y recibe de ella un sistema de valoraciones morales -la moral socialmente vigente- que, con frecuencia, acepta sin más."2

Tradicionalmente, la ética siempre fue un aspecto tratado con profundidad por los investigadores en el campo de las disciplinas filosóficas, psicológicas, sociológicas, debido a su importancia en la interacción: comunidad-individuo-conocimiento. Producto de la necesidad de adquirir una consciencia en el contacto directo y constante entre los hombres, se generaron diferentes códigos de ética, que se establecieron con el propósito de armonizar y viabilizar las relaciones humanas.

Actualmente, la ética se ha desvirtuado en gran medida. Muchos atribuyen este deterioro al adelanto científico-tecnológico, y a la sustitución de la máquina por el hombre. Ciertamente, la tecnología suprime una parte importante del acercamiento directo entre los individuos, pero no puede afirmarse que el desarrollo tecnológico constituya la causa para la desvalorización de los deberes morales del individuo, aunque se manifiesta como una inquietud dentro de los procesos personales para con la comunidad. El problema no está en el desarrollo in situ , porque esto implicaría retroceder arcaicamente, sino en comprender e interpretar los nuevos fenómenos que surgen producto del desarrollo, así como enmarcarlos contextualmente en cada disciplina del quehacer científico para propiciar un espacio de acuerdos y manejos basados en los deberes éticos, que incluyen desde la utilización de un artefacto hasta la entrega de nuevos productos y servicios para la sociedad.

La Bibliotecología y la Ciencia de la Información como rama de la Ciencia no permanecen exentas de los problemas éticos. El profesional de la información, en este caso, es el responsable de cumplir los acuerdos ético-filosóficos de esta esfera como administrador, comunicador, educador, difusor de información y como preservador del patrimonio cultural. Tiene una responsabilidad ineludible ante la comunidad a la cual presta sus servicios, una actividad que debe sustentarse sobre principios éticos y filosóficos.

Ética filosófica
La ética según los pensadores filosóficos se define como la Ciencia de la Moral. Comprende diferentes vertientes, entre las que se encuentra la ética normativa, que investiga el problema de lo “bueno y lo malo”, para determinar posteriormente códigos morales pertinentes a la conducta humana e investigar cuál conducta es la apropiada, cuáles aspiraciones son estimables y cuál es el sentido de la vida para los individuos. La teoría de la moral; sin embargo, se ocupa del origen y desarrollo de la ética normativa, así como de los resultados de normas y códigos que proporciona, etc.

Es importante resaltar que debe existir una coordinación estrecha entre la ética normativa y la teoría de la moral. De hecho, al reconocer la primera, se reconoce la segunda.

La ética constituye la teoría de la moral, surge mucho después que los aspectos morales, debido a que estos datan desde el período de la comunidad primitiva. Posteriormente, en el régimen esclavista, se instaura la ética como disciplina filosófica; por ello, se cometería un error si se confundiera la ética con la práctica de la moral del individuo en la cotidianeidad.3

El origen de la ética creó puntos de enfrentamientos entre dos concepciones: la materialista y la idealista. Los materialistas no comprendían ni aceptaban los principios filosóficos éticos, y se oponían totalmente a las concepciones teológicas en la ética, y manifestaban que el origen y las fuentes de las normas morales son “terrenales”. Figuras filosóficas como Lao-tse, Demócrito, Epicuro y Aristóteles, entre otros impulsaron eficazmente la ética filosófica.3

Existen además la:

•Ética aprobativa: es una teoría idealista de la moral, que presupone a Dios como eje central de desarrollo de procesos sociales, sus postulados, por tanto, no son evidentemente científicos, debido a su naturaleza subjetiva, niega los criterios objetivos de las acciones morales del individuo.
•Ética autónoma y heterónoma: teorías éticas burguesas. La primera observa la moralidad con un carácter idealista y completamente independiente, autónomo. La segunda expone la conducta moral como consecuencia ajena a la voluntad del individuo. Fundamentalmente, se basan en la exclusión del reconocimiento del individuo como ente activo, que se relaciona con la sociedad; infiere que es un principio en el cual se presenta el hombre en un estado inerte e idealista; por esto, no es cinética, y niega el protagonismo del sujeto en la sociedad.
•Ética evolutiva: fundamentada en una superficie netamente biológica, se preocupa únicamente por lo natural en el sentido de la biología, justifica la moral como consecuencia del medio natural. La ética evolutiva exceptúa completamente los componentes de la sociedad, se caracteriza por ser antisocial, vulgar y no científica.
•Ética teológica: estrecha tres religiones fundamentales: cristianismo, islamismo y budismo, aborda los principios teológicos; Dios es la principal fuente de moral. Cuando la conducta humana es moralmente es inapropiada; entonces, según la ética teológica, se expresa que se ha cometido un pecado. La ética teológica es incuestionablemente antisocial y no científica.3
La ética filosófica como objeto de estudio comprende los deberes morales del sujeto, así como las posibles contradicciones que esto podría generar, si de unir lo que respecto a conducta ideal humana se establece. Se manifiesta en la moral vivida o el quehacer moral cotidiano, en tanto que la moral forma parte obligatoria del vivir de las personas. Pretende orientar la actuación de las personas, es indirectamente normativa porque reflexiona sobre la moral y se plantea acciones concretas para casos específicos.

Adela Cortina, en su Ética, define minuciosamente la moral como "un conjunto de principios, preceptos, mandatos, prohibiciones, permisos, patrones de conducta, valores e ideales de vida buena que, en su conjunto, conforman un sistema más o menos coherente, propio de un colectivo humano concreto en una determinada época histórica."4

Así, la ética filosófica indica cuál es la dirección más correcta para realizar las acciones cotidianas, y señala cuál concepción moral es más razonable para, sobre esta base, orientar las acciones y comportamientos. Se podría afirmar entonces que la ética comprende los estudios pertinentes sobre la moral, que puede definirse como un conjunto de adjuntos que precisan una forma de vida específica, dígase carácter, conducta, principios humanos, deberes, derechos, crítica, etcétera.

El profesional de la información y la ética
En el campo de la Bibliotecología y la Ciencia de la Información , las instituciones de información enmarcan el entorno del desempeño del profesional de la información. Las entidades que generan, procesan y difunden información científica representan el marco social de esta actividad, y se identifican como especificidad de este sector las relaciones entre los usuarios de la información y el bibliotecario. Se identifican como herramientas y mecanismos de formación de valores socio-culturales e inciden directamente en la formación de las actitudes de los usuarios de la información.

Las entidades de información presentan características singulares que conllevan a los deberes morales del profesional en la actividad científico-investigativa, específicamente en el campo de la información científica, por ser este su contenido fundamental de trabajo. La actividad que precisa la generación de actividad científica implica un reto diario para el profesional de la información, debido al significado generado por la sociedad del conocimiento existente, que deben lidiar constantemente con el uso de las tecnologías y la satisfacción del usuario.5

Actualmente, no se concibe la generación, procesamiento y difusión de la información científica sin la tecnología, un aspecto muy positivo por las facilidades que esta brinda. Pero cabe preguntarse cuánto y hasta dónde se maneja la tecnología por los profesionales de información y por sus usuarios. La tecnología no representa un problema en cuestiones de ética, siempre que éticamente se pueda utilizar, y se precisa de un enfoque holístico y sinérgico que estreche estos dos conceptos.6

Las nuevas tecnologías de información amplían el espectro de trabajo del bibliotecario, aparecen desempeños como el de gestor de información. Esto implica que, más allá de los servicios y productos tradicionales generados por los centros de información, se busca satisfacer cualquier necesidad de los usuarios de la información, se rompe los límites, se objetiva la necesidad de información, se evacua una carencia que provoca incertidumbre, debido a la falta de conocimiento.

Al analizar el desempeño moral del bibliotecario en la recolección, procesamiento, generación y difusión de información, se evidencia que intervienen diversos procesos que requieren actitudes pertinentes para efectuar esta actividad de manera perfecta. Algunas de ellas son:7,8

•Se debe mantener una actitud disciplinada y organizada en el trabajo para evitar que la información recolectada no sea inadecuada.
•Se han de anular estereotipos existentes por la práctica de religiones diferentes por cuestiones raciales o diferencias socio-políticas.
•El personal debe identificar las necesidades de información en caso que el usuario no sepa expresarlas debidamente.
•Se ha de incentivar la duda científica que puede ser cubierta por el análisis de la información existente.
•Se ha de mantener una postura flexible a las críticas y aceptar éstas como procesos constructivos que mejorarían la cotidianidad de la labor bibliotecológica.
•Se debe establecer una familiarización entre el usuario y el centro.
•Se ha de proporcionar la comodidad de la expresión oral para solucionar el desconocimiento, sea para el manejo de la tecnología del centro o para la localización de la información.
•El profesional de la información debe conservar una apariencia afable y netamente profesional.
•Se ha de evitar subestimar al usuario.
•Se ha de evitar la resistencia al cambio.
•Se debe mantener una superación constante.
•Se ha de tomar interés en el asunto de investigación planteada por el usuario, etcétera.

Bibliografia:
1.Shera J. Los fundamentos de la educación bibliotecológica. México: UNAM, CUIB, 1990
2.Aranguren JL. Obras completas. Madrid: Trotta, 1994.
3.Rosental M, Ludin P. Diccionario filosófico. Buenos Aires: Universos, 1973.

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